lunes, 19 de noviembre de 2018

El lunes  hicimos una pequeña intervención en la Comisión de Urbanismo y leímos la carta que te presentamos a continuación

Trapagaran, 19 de noviembre de 2018

CARTA A LA COMISION DE URBANISMO DE TRAPAGARAN:
Desde Plataforma Meatza, un grupo de vecinos y vecinas de Trapagaran, nos dirigimos a esta Comisión de Urbanismo para trasladaros nuestra postura en relación al Proyecto Constructivo “Supresión del paso a nivel del PK 4/300 de la línea Desierto-San Julian de Muskiz. Término Municipal Valle de Trápaga (Bizkaia) (septiembre 2018)”.
Trapagaran es un pueblo que está formado por un núcleo urbano y numeroso barrios. Algunos de ellos  a pesar de que estar geográficamente unidos, en el día a día están muy alejados. Esto pasa con Arkotxa y San Gabriel: las vías del tren dividen dos barrios que prácticamente son uno. El hecho de que la única comunicación vial que haya entre ambos sea un paso a nivel, dificulta enormemente la integración entre ellos y con el resto del municipio.
¿Cuál es la solución? Integrar los barrios eliminando el paso a nivel. Pero esto es algo que no puede hacerse a cualquier precio. En pleno siglo XXI, donde se busca hacer los pueblos más amables para los peatones y eliminar las barreras arquitectónicas y los puntos negros, una propuesta como ésta no tiene cabida, ya que no hace más que ahondar en la división existente. No podemos admitir que una estructura de 10 metros de altura con una pasarela y una nueva carretera con un desnivel del 7% y muros de 14 y 5 metros de alto, sea la mejor alternativa al paso a nivel.
El estudio que recientemente ha presentado ADIF (a través de la empresa Eptisa), dictamina que ambos barrios “presentan grados de desarrollo importantes” y que “el paso a nivel es relevante en la comunicación del municipio y como acceso a dos centros docentes desde la parte baja del municipio”.  Pero  a pesar de ello, y en lugar de buscar la solución más integradora, han optado por la opción más económica y que menos dificultades técnicas les genera.
Nosotros proponemos la segunda opción recogida en el PGOU de Trapagaran y que realmente solventaría el problema: el soterramiento de las vías.
Esta alternativa es más costosa en términos económicos, pero mucha más barata en términos de bienestar para los vecinos y vecinas. En otros pueblos del País Vasco (Durango, Urduliz…) y en otras comunidades (Cantabria, Galicia…), se han soterrado las vías del tren: en Durango y Urduliz, el Gobierno Vasco ha llevado adelante el soterramiento a través de Eusko Trenbide Sarea, mientras que en otras comunidades  se han firmado convenios entre ADIF, ayuntamientos y gobiernos regionales. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo en Trapagaran?
Si el Ayuntamiento da su visto bueno a esta propuesta, ADIF tendrá “vía libre” y Trapagaran estará condenada. Dar el visto bueno a este proyecto ahora, es decir NO al soterramiento para siempre. Si ADIF lleva a cabo el proyecto y elimina el paso a nivel con barreras, cumplirá con su única obligación legal. Y una vez suceda esto, no tendremos ninguna herramienta para negociar el soterramiento. No habrá segundas oportunidades para Trapagaran.
Antes de terminar, queremos proponeros un ejercicio de empatía que nos sirva de reflexión:
Somos una persona de 60 años con problemas cardiacos que viene de jugar con su nieto en el parque de Arkotxa y vuelven a casa a comer. Esta persona vive en Estrada Salcedillo nº2.
Cuando llega al ascensor, encuentra un cartel que le indica que el ascensor está averiado. ¿Qué opciones tiene? Subir junto con su nieto escaleras equivalentes a un edificio de tres plantas o bien volver hacia atrás y subir por la nueva carretera. Esto supone recorrer un trayecto de 560 metros con un desnivel de 7% (“no accesible para peatones” según el propio estudio). O también puede retroceder hasta la Franco-Belga, subir en los ascensores y luego  volver hasta su casa. En cualquier caso, lo que antes le hubiese supuesto 5 minutos, ahora es más de media hora y un esfuerzo físico importante. Y ha tenido suerte porque ese día  no llueve ni hace viento.
Ahora supongamos que somos una chica de 16 años que vuelve en el tren de las dos y cincuenta y seis (02:56) de la madrugada y vive en la plaza de San Gabriel.
Haciendo un acto de valentía decide coger el ascensor y atravesar la pasarela. Pero no puede, porque el ascensor vuelve a estar estropeado. Desde luego, esta chica nunca elegiría subir las escaleras, ya que son un punto negro muy importante.
Este mismo ejercicio podríamos hacerlo con una madre o padre con el cochecito de bebé, una persona con muletas o simplemente un vecino que lo único que anhela es llegar a su casa después de un largo día.

En todos los casos nosotros llegamos a la misma conclusión: esta propuesta no es una solución aceptable y como suele decirse: “para eso, mejor me quedo como estoy”. Nosotros queremos una solución integradora y eso únicamente se consigue con el soterramiento de las vías. Para ello, es necesario decir no al ascensor y a la carretera propuesta, y seguir trabajando por el soterramiento.

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